Primero lo imaginas y luego lo creas. Así es como la ciencia ficción ha sido nuestro “blueprint” para imaginarnos cosas increíbles y luego llevarlas a cabo. No soy fanático de Star Trek, tal vez porque no le he dedicado el tiempo a la serie. Sin embargo, el paralelismo entre Captain Kirk (Star Trek) y su viaje al borde del espacio en el New Shepard el día de hoy me parece increíble.
Estamos muy lejos de hacer viajes interestelares o viajes tripulados extremadamente rápidos a lo largo y ancho del Sistema Solar, pero los primeros pasos ya los dimos desde el siglo pasado con la carrera tecnológica entre Rusia y Estados Unidos. Hoy, es otro tipo de carrera, una carrera entre empresas privadas, entre empresas privadas y gobiernos y entre gobiernos.
Si te queda duda ve este tweet de Emmanuel Macron sobre cómo Francia tiene objetivos espaciales claros. Ellos llegan un poco tarde al juego de lanzadores re-utilizables (área en la que SpaceX es el punta de lanza), pero cuentan con grandes ingenieros y líderes en las esferas más altas para llevar a cabo sus ideas.
De regreso a la ciencia ficción. Mil gracias a todos aquellos autores y científicos que han tenido la gloria de plasmar sus ideas en libros y “papers” que han inspirado a generaciones enteras.
Sin esa inspiración, no tendríamos niñ@s que quieran estudiar astrobiología (el estudio de la vida fuera de la Tierra); no habría niñ@s que quieran estudiar botánica para desarrollar mejores métodos de cultivo en Marte y Luna; no habría niñ@s que se enfoquen en criptografía para desarrollar la(s) nueva(s) criptomoneda(s) que se usarán en el Sistema Solar.
La ciencia ficción no solo ha sido fuente de inspiración sino también ha sido la guía de muchos inventos tecnológicos que se han desarrollado y/o están por desarrollarse.
Antes (Star Trek, 1966):
Imagen: CBS
Después (mobile flip phones, años 90):
Imagen: Toshifumi Kitamura/AFP
Antes (2001 A Space Odyssey, 1968):
Después (niños con tablets en los años 20):
Imagen: Julian Stratenschulte/Picture Alliance/Getty Images
Antes (From Earth to the Moon, Jules Verne, 1865):
Imagen: Bantam Classis
Después (Neil Armstong, 1969):
Imagen: NASA
¿Te queda claro?
Te quiero recomendar un par de libros de ciencia ficción que he leído recientemente:
Dune de Frank Herbert (1965): impresionante profundidad en escenas, variedad en personajes, nombres, lenguaje, cultura, ecología y política. La peli sale este mes en HBO Max y en cines (¿aún existen?).
The Martian de Andy Weir (2011): el MOXIE (The Mars Oxygen In-Situ Resource Utilization Experiment) descrito en el libro (como el “oxygenator”) hoy es realidad en el Mars Rover 2020. Objetivo: crear oxígeno a partir de la atmósfera de bióxido de carbono en Marte.
Finalmente, te dejo con las palabras de William Shatner (aka Captain Kirk), muy conmovedoras y explicativas sobre lo que cualquiera de nosotros podría sentir al subir al espacio y ver la fragilidad y belleza de este planeta. Espero que poco a poco, te quede más claro que todo este movimiento del espacio comercial no es solo un jueguito de billonarios sino mucho más que eso.

Ad Astra